Ser madre era una de las cosas que siempre tuve claro.
También era consciente de que era algo que se esperaba de mí, por suerte, eso coincidía con aquello que mi corazón deseaba.
«Cuando va en concordancia aquello que la sociedad espera de uno con lo que realmente desea, todo es fácil«
Y así fue. Me casé con 30 y tuve a mi preciosa hija Sofía. Ser mamá para mí, fue una experiencia elegida.
Yo quería vivirlo, quería experimentar estar embarazada, saber qué se sentía con un bebé en el vientre, cómo era aquello de dar de mamar, de verle crecer … Y ahora soy consciente que una de las cosas más bonitas que hay en la vida es ser capaz de acompañar a una persona en su crecimiento personal.
Siempre, respetando su esencia. Siendo su guía de la manera que yo soy, siempre siendo yo misma.
Me incorporé al trabajo tras mi baja maternal y me encontré con un bonito regalo. En la empresa en la que estaba trabajando, un ERE me esperaba con los brazos abiertos de par en par.
Cuando uno vuelve de estar con su bebé durmiendo pocas horas y con la vida patas arriba, lo que menos tiene una en ese momento es “seguridad”. Sin embargo, quise darle la vuelta a la tortilla y verlo como una clara oportunidad de dedicarme a aquello que realmente me gustara.
Había llegado el momento de elegir mi camino. Y, ¿cuál era?
La única pista que tenía es que me gustaba Internet y Tecnología. Y luego me di cuenta de que con eso era suficiente. Y con un bebé de 6 meses, empecé de cero.
Hice un máster en donde doblaba la edad a la mayoría de los estudiantes y me di cuenta de lo obsoleta que estaba en términos de uso, herramientas y conocimiento de la tecnología. Pero eso no fue problema, enseguida me puse al día. Además, esa situación me hizo darme cuenta de que los recursos aprendidos en el pasado cuentan también para el ahora. La directora del máster me ofreció la oportunidad de empezar con una beca en su empresa. Tras dar el salto, el camino se allanaba.
Y lo noté en mi cuerpo, en mi energía. Las personas con las que trabajaba eran muy diferentes con las que había trabajado anteriormente. Congeniaba con ellas, vibraba en las conversaciones.
De una pequeña start up que éramos, como una familia, a una pyme. Así creció la empresa, y todos los que nos encontrábamos en ella.
Por el camino abrí mi blog «LaurAnalytics». Además, me incorporé al movimiento de mujeres y tecnología, R-ladies. De nuevo, volví a vibrar. Veía a mi alrededor, mujeres empoderadas, con grandes conocimientos técnicos, estaban moviéndose con fuerza para ayudarnos mutuamente creando un espacio de confianza, organizando eventos y compartiendo para movernos con mayor facilidad por el mercado laboral.
Y llegó la pandemia. La vida a la que estábamos acostumbrados empezó a ser diferente. Y todo cambió. “Un nuevo regalo extraño, apareció”. Descubrí una parte de mí que estaba escondida. ¡Volví a pintar! De nuevo encontré algo ante lo que mi corazón se abría de par en par.
Siempre digo que estamos ahora en un momento donde la madurez tecnológica nos permite hacer muchas cosas. Entre ellas, disponer ante nosotros una gran cantidad de recursos, muchos de ellos gratuítos o a muy bajo coste, para poder aprender lo que uno decida.
Cada día pintaba algo, aunque fueran dibujos rápidos. Cada día veía un vídeo de Youtube porque se me había metido en la cabeza que quería dibujar un ojo o un tronco. Cada día avanzaba, cada día me sentía más segura, cada día me sentía con más ganas de crear. Y lo mejor de todo es que era dueña de mi camino, porque yo decidía en cada momento qué dibujar y cómo dibujarlo.
Muchos borradores, muchos dibujos sencillos, mucho dibujo rápido y complejo, en pequeñas libretas, en grandes láminas… Y fui aprendiendo, y evolucionando que dio como resultado mi cuenta de Instagram Lady.Carbonell.Art donde empecé a colgar mis dibujos.
Y en ese momento yo lo supe. Cada vez, me gustaba más pintar. Con dos niños, me costaba sacar tiempo, pero lo hice, y sobre todo, aprovechaba a pintar junto a ellos,
“Porque cuando lo pruebas y te gusta, ya no hay marcha atrás”
Y empecé… a hacer escritos que acompañaban a las pinturas,
Y empecé… a incorporar color a aquello que inicié a lápiz,
Y empecé… a colocar mis dibujos en la pared de mi habitación,
Y mi vida se llenó de luz.
Lo mejor de exponerlos y verlos cada mañana al levantarme es que iba siendo consciente de mi evolución. Cada pintura, suponía un paso adelante en mi camino. Y yo lo veía, y mi confianza crecía.
Creo firmemente que hacer «retrospectiva» de nuestras acciones, nos ayuda a incrementar la confianza para abordar acciones en el futuro. Porque si yo pude, ahora yo también podré.
La pandemia iba mejorando. Íbamos pudiendo sacar la cabeza cuando…
La nieve se llevó a mi padre. Se fue sin avisar. Una de las persona más importantes de mi vida.
Empecé a investigar sobre la muerte. ¿Qué pasa? ¿Qué sucede? ¿Para qué? ¿Dónde ha ido mi padre?
Y entendí. Empecé a comprender cómo es vivir bajo una vida consciente. El inicio para comprender el sentido de la vida en su totalidad.
Y es que, llegaron a mi vida nuevas personas, que me contaron una nueva peli, una nueva forma de ver la vida, bien diferente. Una nueva perspectiva cuya filosofía es que yo soy el centro de mi vida, cuando la cultura y la religión siempre me habían enseñado lo contrario, cuando la tendencia general es a mirar hacia afuera.
Se puede llamar espiritualidad,
Se puede llamar filosofía,
Se puede llamar como quieras,
Lo que tengo claro es que me ha permitido llegar muy lejos. Tan lejos, que estoy empezando a enseñar aquello que aprendí a partir de lo vivido.
Porque si miro hacia atrás, a esa Laura de hace dos años, rota por dentro y desatendida por fuera, y veo a esta Laura de ahora, me sorprende. Nunca lo hubiera esperado, nunca pensé ser capaz de superar el dolor y además, tomar las riendas de mi vida y empoderarme hasta el infinito. Permitiéndome ser yo en mi totalidad.
Porque tengo claro que no necesito ningún titulo que me avale, porque mi experiencia ya lo hace por y para mí. Porque si yo me he empoderado con esta nueva forma de ver, otros también lo pueden hacer, siembre bajo su forma y manera.
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Soy Licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Carlos III de Madrid. Máster en Análisis Digital por KSchool. Curso canalización nivel I y II Ananda Sananda (el tercer nivel no fue necesario, ya volé sola). Curso Técnicas de Respiración con la Fundación «The Art of Living».
Existen los viajes a Nueva York, existen los viajes a Australia, a Roma, a Brasil… cuánta gente me ha venido hablando de esos fantásticos viajes. Sin embargo, existen otro tipo de viajes, otro de los que nadie habla, y que son igual de importantes: «los viajes al interior de uno mismo«. Un trabajo de introspección que te permite tocar tu centro, tu ser. Así de primeras no parece muy sexy, la verdad, me quedo con el viaje a Nueva York 🙂 Aunque antes de que elijas, te voy a contar mi historia, y a partir de ahí ya decides.
Barcelona era nuestro destino, para este puente de Diciembre. Nos apetecía salir de Madrid y la vida, nos lo puso fácil. Y es que, me he dado cuenta, de que cuanto más confía uno en el cielo, más el cielo hace por ti. Cuando uno se atreve a dar más y más el salto hacia su autenticidad, más y más te apoya. Y más y mejor salen las cosas. Porque así fue todo, desde un principio muy fluido.
No estaba en mis planes volver a Glastombury este año. Después del viaje iniciático que hice el año pasado con un grupo de personas para descubrir el mundo de Avalon, pensaba que no volvería en un medio plazo. Sin embargo, en el camino de mi corazón sí estaba escrita mi vuelta. Después de un año de una completa revolución interna, la vida me colma de regalos con esta bendición de viaje. Esta vez acudí al lugar en un momento muy especial, por Samhain. Una fiesta celta que nos abre un espacio en nuestro tiempo, para..
Respiro. ¿Acaso no siempre respiro? si estoy viva, ha de ser así… Puedo estar unos días sin comer o beber o dormir, pero respirar, poco tiempo puedo estar sin hacerlo… es una cuestión vital, igual que el latido del corazón. Respiración y Latido, ambos pulsos vibran en nuestros cuerpos, cada día, cada minuto, cada segundo. Lo que yo no sabía es que la respiración es una herramienta. Una forma fácil, súper fácil, barata y bonita de cambiar la energía de mi cuerpo, especialmente mi energía mental
Acompaño, con arte y con propósito, con propósito y con arte, porque van de la mano, porque son las dos caras de una misma moneda.