El 10 de Enero de este año,
mi padre recibió una invitación del cielo.
Cuando me desperté,
tenía varias llamadas en mi móvil
que no me hacían presagiar nada bueno.
Filomena había extendido su manto blanco,
y era difícil llegar a los sitios.
Cogí mis cosas y emprendí el viaje
a la que siempre ha sido mi casa.
Era temprano,
las calles estaban silenciosas,
no había nadie,
sólo se oía el crujir de mis pisadas en el hielo.
Mi padre se había ido
y sólo pensaba en llegar hasta él
como fuera
para poder despedirme,
era lo único que me importaba
en ese momento.
Cuando por fin llegué
y me abrieron la puerta,
lo que sentí fue,
un sentimiento
muy profundo de agradecimiento.
Agradecimiento
por haber tenido la oportunidad de despedirme de él
– ya que por el covid muchas otras familias no tuvieron la posibilidad– .
Aunque sin duda,
el mayor agradecimiento
de mi interior
provenía de lo afortunada que me sentía en aquel momento,
por el maravilloso papá
que me ha acompañado hasta estos últimos días.
Simplemente,
me sentía
una gran afortunada de la vida.
Y es que,
si repaso la vida de mi padre,
me llegan todos los recuerdos bonitos,
de él para conmigo,
de él para los demás,
porque era una persona extremadamente generosa …
No sé por qué,
hace unas semanas
me dio por mirar
el significado del nombre de mi padre,
Antonio.
Parece que deriva del latín «Antonius«,
lo que es interpretado como
‘valiente’.
Y pensé, ‘bualá’,
ese es mi padre,
un valiente.
Y con valiente
no me refiero
a que haya querido lidiar
ninguna batalla,
sino que ha sido y es
un valiente
en la defensa
de sus propios valores,
de sus propios sentimientos.
Siempre FIEL a él mismo,
siempre defendiendo
su libertad
de sentir
y de hacer.
Es el legado más bonito
que nos ha podido dejar.
Y hablo en plural
porque por dentro siento,
que tanto a mi madre,
a mi hermano
y a mí,
nos ha calado su mensaje,
y gracias a eso,
vivimos de la misma manera,
en nuestro día a día,
aunque él ya no esté aquí
físicamente con nosotros.
Desde entonces,
hace unos meses que pasó todo esto.
Y siento,
que a pesar de haber perdido
a una de las personas
que más amo en esta Tierra,
Elegí,
sentirme agradecida
por todo lo bueno
vivido con él
Elegí
sentirme agradecida
por el precioso legado
que nos ha dejado
Elegí
querer entender la muerte,
que tanto miedo
nos da a todos,
para saber
dónde está él ahora
Elegí
seguir viviendo mi vida
con total intensidad
y sobre todo,
con mucha alegría
Porque al final,
uno elige,
uno,
decide con qué perspectiva
quiere mirar las cosas
que nos ocurren,
uno,
decide la actitud
con lo que afrontar lo bonito
y lo difícil,
uno,
es responsable de considerarse
aprendiz de todas nuestras experiencias
Sin duda, ESE ES UNO DE LOS SECRETOS DE LA VIDA.
Te quiero papá,
gracias por tanto