El pasado 15 de abril, acudí a ver el musical Fama, ubicado en la céntrica calle de Madrid Gran Vía y aprovechando que mucha gente se había ido de vacaciones. Lo que había planificado para Semana Santa se había truncado, así que opté por hacer este otro plan. Porque Madrid es una ciudad llena de vida, con un gran ocio cultural y me apetecía aprovecharlo.
Teatro + música = maravilla.
Grandes voces, preciosos vestuarios, diversidad racial, diversidad de cuerpos, variedad de música y muchos colores… dio como resultado… ¡creatividad a raudales!.
Porque eso es lo que veía por todos lados, ¡¡CREATIVIDAD!! Los bailes, las composiciones, el vestuario, la decoración, las palabras, las historias detrás de los personajes, ¡¡era todo, todo ello, creatividad en estado puro!!.
Mi cuerpo rebosaba de emoción, lo sentía, ¡vibraba! ¿Cómo podría ser todo tan bello?, Y en ese momento me pregunté, ¿por qué me gusta tanto todo lo que es creativo? ¿por qué lo valoro tanto? Y llegué a la conclusión de que la creatividad es una forma de expresarme, y como tal, una forma de ser libre.
“Libertad”, esa palabra que tanto me gusta.
Libertad por ser,
por expresarme a través de la ropa con unos determinados colores y diseños,
por mover el cuerpo con unos u otros movimientos,
por decorar mi entorno con determinados elementos,
por sacar mi voz y sacar de mi interior la fuerza y energía que llevo dentro,
En definitiva,
Por dejar salir y permitirme ser quien soy.
Además, me gusta mucho analizar los distintos personajes.
Observando el musical, unos que me gustaban más, otros menos, unos con los que me identificaba totalmente, y otros con los que nada.
Y lo que más me llamó la atención es que sentí, que en el pasado me hubiera identificado con un personaje, y sin embargo, ese día, yo, Laura, me identificaba con otro totalmente opuesto, el cual me hubiera generado un gran rechazo en el pasado.
¿Y eso qué significa?
Pues tengo claro que algo ha cambiado dentro de mí. Mis aspiraciones y deseos son otros, ahora veo la vida de otra manera.
Y eso, ¿es bueno o malo?
Pues ni una cosa ni la contraria, simplemente es, simplemente sucede.
PORQUE SIEMPRE NOS ENCONTRAMOS EN CONSTANTE CAMBIO Y EVOLUCIÓN. Aunque a veces no se perciba.
Había muchos personajes que se podía identificar como estereotipos…
– El chico cubano y con cuerpazo, que se ha buscado la vida que quiere ligar con la chica blanca experta en ballet y acostumbrada a tener una vida de algodones
– La chica “tía buena” que gusta a todos los chicos, con ropa de colores fuertes y ropa sensual, que muestra una gran seguridad y tiene claro que quiere ser famosa
– La pareja apasionada por el teatro y las obras de Shakespeare donde él más adelante descubrirá que es gay
– La chica que es gordita y que no puede dar la talla en las clases de ballet, y que le cuesta mucho adelgazar
Personajes, personajes, y más personajes, estereotipos que no están tan lejos de nuestra realidad, y que de alguna manera reflejan una parte de nosotros, de nuestras vidas, de lo que veo en mí, de lo que veo en otros. Porque yo sólo puedo ver en los demás aquello que soy yo.
Y bueno, no os quiero contar más porque si no os voy a destripar el musical. Lo recomiendo enormemente, porque a mí me hizo vibrar, me hizo reír a carcajadas con escenas muy inesperadas y llenas de sorpresas…
De hecho, al final, cuando los actores y actrices se pusieron en fila para despedirse, identifiqué de alguna manera la emoción en sus rostros, especialmente el de aquella chica que representaba una chica sensual y llena de fuerza buscaba la fama, aquella chica…
Cantó un número final fascinante, se notaba, se veía que ella se encontraba en su lugar, el escenario, con su voz potente que nos hizo vibrar a todos… y cuando se despedía, la notaba emocionada, con los ojos llorosos… y yo en ese momento me pregunté, ¿por qué?, ¿por qué se emociona?, si la obra la ha debido representar en múltiples ocasiones…
No, no encontré respuesta, porque supongo que hasta que uno no lo experimenta, no es capaz de comprenderlo.
Carmen, Carmen se llamaba esa chica. Esa chica que interpretaba a esa bailarina y cantante con fuerza arrolladora y traje rojo, con ganas de comerse la vida.
¡Esa!, ese es el personaje que más me atrajo, era la protagonista de la historia, de su vida, era ella… cuando en otro momento me hubiera generado un rechazo absoluto… este día me generó… sorpresa, vibración, energía, emoción, eso es… ¡mucha emoción!
Y así fue. Así fue como pasé una tarde maravillosa.