Samhain 2024

No estaba en mis planes volver a Glastombury este año. 

Después del viaje iniciático que hice el año pasado con un grupo de personas para descubrir el mundo de Avalon, pensaba que no volvería en el medio plazo. Sin embargo, en el camino de mi corazón SÍ estaba escrita mi vuelta. Después de un año de una completa revolución interna, la vida me colma de regalos con esta bendición de viaje.

Esta vez acudí al lugar en un momento muy especial, por Samhain. Una fiesta celta que nos abre un espacio en nuestro tiempo, para celebrar la vida después de la muerte, para poder recordar a los ancestros con todo el amor del mundo y agradecerles todo lo que hicieron, porque «todos lo hacemos de la mejor manera que podemos y sabemos«.

Y me gusta, porque es una celebración que invita a mirar aquello que tendemos a ignorar o no mirar: LA MUERTE. 

¿Por qué? 

Porque no la entendemos, porque no sabemos qué pasa después.

Muchas personas piensan que cuando uno muere, ahí se acaba la historia de su vida, o que pasan al blanco con el que estaban antes de nacer… pero por suerte, ahora estamos en un momento precioso de la Humanidad, donde todo ese desasosiego será calmado y llenado de paz, porque es ahora cuando toca comprender qué pasa, qué somos, por qué desaparecemos.

En España también se ha celebrado de siempre el «Día de los muertos», en EEUU se celebra «Halloween», … sin duda los «no vivos» están presentes en nuestra cultura. Sin embargo, Samhain, es un espacio no sólo para recordarles y honrarles, sino que va más allá… es un momento marcado en el calendario para alinearnos con los tiempos de la Naturaleza, con sus ciclos, porque «todos somos Naturaleza«, sin embargo cada vez más y más no alejamos de ella.

Por eso, esta fiesta es una oportunidad para «dejar morir», «dejar ir» aquello que ya no quieres en la vida, aquello caduco, aquello que sirvió pero ya no… es el momento de soltar… y ahí la oportunidad para «renacer» en una nueva versión, una nueva piel, «UNA NUEVA YO». A eso fui, a «renacer», como el ave fénix, a resurgir de las cenizas en las que me había convertido.

Esta vez viajaba con Inma, una del grupo de las Harmonys (somos 5, nos podéis ver en el post de Avalon 2023). Así había surgido sin esperarlo. Y allí nos fuimos las dos abiertas a que Avalon nos ofreciera aquello que tenía preparado para nosotras.

Esta vez tomé un vuelo hasta Málaga, de ahí recogí a Inma y nos fuimos en avión hasta Bristol. Y de ahí a Glastombury, la que sería nuestra casa por unos días (o quizás ya la sintamos nuestra segunda casa a partir de ahora).

Esta vez la casa era otra a la que habíamos habitado la otra vez, lo mejor es que estaba muy céntrica, enfrente de Ben´s Church, al lado de la plaza del lugar, así que nos fue muy fácil movernos. Llegamos el mismo jueves 31 que era cuando tenían lugar todas las celebraciones por Samhain.

Acudimos primero al Chalice Well, que es un jardín sagrado que guarda el símbolo de la Vesicca Piscis (geometría sagrada formada por la intersección de dos círculos del mismo radio, de modo que el borde de cada círculo pasa por el centro del otro), símbolo de la dualidad y de la integración de la misma.

 Allí nos unimos a la celebración celta que estaba teniendo lugar, con fuego y música. Daba gusto ver cómo cada uno iba de una manera vestido; es un lugar muy libre, uno allí no se siente juzgado, al menos lo siento así. Uno allí es repetado, seas lo raro que seas.

Recuerdo ese momento vivirlo con mucha emocionalidad, estaba en un momento muy sensible de mi vida, y estaba muy agradecida de este regalo que me había hecho la vida, estar allí era un gran regalo 🙂

Luego fuimos a la fuente de la Vessica y encendimos una vela con forma de corazón metida en una bola de cristal en nombre de nuestros ancestros, y la dejamos ir.

También acudí a sentarme en un sitio apartado al lado de las velas. Me encantó el ambiente de amor, cariño y respeto que se respiraba allí, a través de las velas y la naturaleza, esos eran las formas en que nos comunicamos con ellos. Porque esa, esa noche, es donde el velo se hace más fino, entre los «vivos» y los «no vivos». Por eso, es tan especial.

De ahí decidimos disfrutar de la caminata zombie. Fue divertido ver a hombres, mujeres y niños disfrazados. Era algo muy de allí, muy local.

Y fue después cuando nos fuimos directas a la fiesta por Samhain que había organizado «The goddess house«. Aquí, es importante aclarar para evitar confusiones, que hay más de un centro en referencia a «la diosa», está la casa que es «the goddess house», pero luego también está el templo y el hall. Son 3 centros en total, gestionados por las sacerdotisas del lugar.

Se trata de lugares donde se ofrece sanción a través de distintas terapias. También organizan celebraciones (como esta a la que acudimos). Y además, ponen a disposición libre las habitaciones llenas de color y arte de la casa, por si uno quiere sentir su magia y su energía. 

Digamos que su misión, desde mi perspectiva, es ayudar a que cada mujer encuentre su diosa interior. Para que las mujeres seamos capaces de vernos con amor desde cualquier perspectiva. Las creencias que tenemos en la actualidad, no nos permiten respetar nuestra esencia, de manera inconsciente a la par que consciente. Lo veo en mí, lo veo en las demás. 

Esto nos lleva a no poder respetar nuestra naturaleza de mujer, nuestra sensualidad, nuestra menstruación, nuestra espiritualidad, nuestra conexión con la naturaleza

Estamos ligadas por el mero hecho de ser mujer, a la vida y a la creación, a la par que a la muerte y a la destrucción, porque ambas van de la mano.

La naturaleza de la mujer está ligada a la irracionalidad y a los ciclos de la naturaleza. Las mujeres somos mujeres, también madres, también vida, también muerte… las mujeres, LO SOMOS TODO.

Y el hecho de poder encontrar imágenes que representan cada parte que somos, nos permite identificarlas separadamente con la finalidad última de integrar todas ellas en nuestro interior.

Esta vez la ceremonia fue al aire libre, había gente de diversos lugares, también de México. Y allí tuvo lugar el momento para el recuerdo de nuestros seres queridos y también para soltar, para liberar aquello que ha de morir, aquello que ya no sirve, aquello que forma parte del pasado, que ya no es… y se lo damos a la naturaleza, se lo damos a la Madre Tierra, se lo damos al fuego, para que ella transmute, para liberarnos… lo sacamos de nuestro cuerpo, para que ya no esté más en él. 

Puede parecer una ceremonia simbólica, sin embargo es una celebración que te lleva a continuar ese viaje interior, único y especial para cada uno nosotros.

Es crucial escucharnos, y saber en qué momento de la vida nos encontramos, en qué ciclo, si estamos abriendo o cerrando, si hay cosas que he dejar de ir y deben permanecer, dejar de vivir de manera automática, para vivir de una manera más auténtica con nuestro ser, más alineada con lo que somos. Eso es, en eso se resumiría todo.

El segundo día decidí salir por la mañana sola a explorar y moverme por el corazón. Tenía planeado acudir a una meditación por la paz, pero luego me di cuenta de que era demasiado lejos para ir andando. Así que decidí subir al Thor. La torre icónica situada en una montaña a la que cualquiera puede subir y

ver el amanecer o el atardecer,

hacer rituales de luna,  

vislumbrar las brumas,

conectarse con la naturaleza,

o lo que cada uno sienta.

Al Thor ya he subido en varias ocasiones, así que estaba tranquila porque conocía el camino. No es muy largo aunque sí algo empinado, uno llega arriba siempre con calor. Y decidí adentrarme en la torre y sentarme en un asiento que hay dentro de ella. 

Y es que, este año 8, año de la abundancia, la prosperidad y el infinito, ha sido un año de transformación extra-ordinaria en mi persona, diría, que ha sido el año que me ha permitido romper muchas creencias limitantes importantes y sanar mi transgeneracional.

Ha sido muy desgarrador a la par que muy sanador.

Y le estoy muy agradecida a la vida, por haber tenido esa oportunidad de transformación. Sin embargo, había una parte en mí que estaba triste, sentía mi corazón triste, y es algo a lo que no estoy acostumbrada. La ilusión, la alegría, la motivación siempre ha sido uno de mis fuertes. Así que ahí me senté, y le pedí a la vida, que me trajera cosas bonitas.

Dos chicas españolas aparecieron haciéndose fotos en la puerta de entrada del Thor y sentí en mí su complicidad, en la amistad tan bonita que había entre ellas.

Decidí salir de la torre y me topé con ellas. ¿sois españolas? Y a partir de ahí, todo pasó. Me invitaron a sentarme junto con ellas en la mantita. Hablaban mucho, a veces me sentía un poco abrumada, las sentía muy diferente a mí, pero por otro lado me gustaba su impulso y emoción, pues al final, es lo que estaba buscando, es lo que había perdido.

Concha y Desi, esas eran mis nuevas amigas (se habían conocido en aquel momento, como yo,  aunque pareciera que su amistad era de toda la vida).

Decidimos dar una vuelta alrededor del Thor. 

Yo siempre me había quedado arriba, pero cuando te encuentras con personas que son «abre-caminos» es lo que tiene, se abren nuevas posibilidades. Alrededor del Thor hay un mundo enorme y hermoso de naturaleza y posibilidades, y por eso lo gozamos. 

Nos hicimos miles de fotos en el camino, posando y sin posar. 

Tiramos piedras a una campanita y Concha fue la primera que le dio, menuda alegría, ahí abrazándonos como niñas, eso éramos en ese momento, mujeres sacando nuestra «niña interior». Luego fui yo que después de varias tiradas también le di y luego Desi. Dijimos que no nos íbamos hasta que no le diéramos las tres.

Visitamos dos árboles milenarios de la zona, Gog y Magog. Quisimos abrazarles pero no pudimos porque estaban vallados. De todas las ofrendas uno de ellos había sufrido un incendio.

 

Nos encontramos con nuevas personas. Gemma y otra chica inglesa-portuguesa. Otras dos mujeres llenas de luz, con las que nos abrazamos, tiramos hojas y disfrutamos del encuentro. Nos dimos los contactos, quizás más adelante nos veríamos.

Y terminamos donde el árbol abuela. Ahí es donde tiene lugar la celebración de Beltaine, otra fiesta celta como Samhain, pero que tiene lugar en el mes de Mayo, está llena de color y flores, y es el momento de celebrar la primavera, la fertilidad, los placeres de la vida. Nos fuimos a abrazar a la abuela y allí estuvimos sentadas un rato. 

Había quedado con Inma a comer, así que me despedí de ellas, luego nos veríamos en las celebraciones que venían por la tarde.

Por la tarde noche estaba la caminata del memorial de las brujas. Allí acudimos Inma y yo. Un grupo de mujeres de la ciudad, llegaron a reveindicar y recordar la muerte de mujeres, hombres y niños que fueron acusados injustamente por el poder para ser quemados y asesinados. El acto se hizo desde el máximo amor y respeto. Hubo canciones, nombraron algunos de sus nombres, aclararon que no estaban en contra de aquellas personas que habían acusado por miedo, porque no tenían más remedio que acusar, sino que la reivindicación iba más en contra del poder y la autoridad que había llevado a crear ese ambiente de miedo y violencia.

Pasamos por diferentes puntos emblemáticos recordando y cantando.

Y se advirtió, que hay que tener cuidado, que aquello que fue y que parece que ahora no es, puede resurgir, por eso es muy importante continuar manteniéndonos en nuestro poder personal y expresar la verdad. Porque esas eran las brujas del lugar, mujeres empoderadas llenas de recursos y en conexión con la naturaleza que fueron juzgadas injustamente.

Ahora, las brujas siguen existiendo, son brujas modernas, yo soy bruja moderna. Cuando me anclo en mi corazón, me guío por mi intuición y utilizo la energía a mi favor, soy bruja, soy sabia, y estoy en mi poder.

Esto también me hizo ver cómo, lo que no se ha resuelto en el pasado, vuelve a surgir, vuelve a mostrarse en el presente. Hasta que esa resolución sea un hecho.

Es igual que en las constelaciones familiares, los traumas no resueltos en el pasado, se manifiestan en nuestra vida cotidiana de una manera clara generan comportamientos que se repiten. Solo cuando uno es capaz de identificarlo, es capaz de resolverlo y sanarlo. Mientras el trauma, persistirá de generación en generación. Pues esto lo mismo, hasta que esas muertes no sean vistas y honradas, el universo lo seguirá mostrando, esa realidad aunque pueda ser incómoda.

Y ese día terminó en un pub inglés, junto con Desi, Concha, Inma, Gemma, la chica portuguesa y yo, riéndonos de todo lo bonito que nos había pasado en el día. Y mientras yo maravillada porque el ritual que había hecho en el Thor pidiendo cosas bonitas a la vida, había funcionado a la perfección 🙂

Y llegó el sábado, día en que cada una de nosotras recibió nuestros regalos. 

Ese día «the goddess house» estaba de puertas abiertas, así que Inma y yo decidimos ir. Concha apostó por ir al Thor y Desi acudiría más tarde. Había dos sesiones disponibles y allí que me apunté.

Es un lugar que ya es familiar para mi pues estuvimos en el viaje de año pasado, por tanto, me sentía muy cómoda. Fueron dos sesiones muy bonitas, una de «purificación» y otra de «sanación» de las que salí flotando. Me sentía bien, en paz, tranquila… sentía que me habían hecho un re-seteo (como esas veces en las que uno re-inicia el ordenador, pues esta vez lo sentía así con mi cuerpo).

Los detalles me los quedo para mí, pero sin duda agradezco a la vida que me diera tan bonito regalo, justo lo que necesitaba, para volver a sentir paz en mi, y recuperarme, a tener el ánimo que yo siempre tuve. Y ahí sentí que me había sanado, y ahí sentí que estaba lista para volver a Madrid.

Ese día lo terminamos todas en el Thor.

No estaba planeado, pero el universo sabe cómo mover los hilos para que la magia suceda en Avalon. Allí estábamos, las 5, «Las Antonio». Así nos hicimos llamar. Porque sorprendentemente, el padre de Cocha, el padre de Desi y el mío, se llaman Antonio. ¿casualidad? no, como bien sabrás, las casualidades no existen. Lo que existen son motivos que se desconocen, pero eso no significa que no existan motivos, recuérdalo 😉

Del Thor nos bajamos a un pub inglés donde había música en vivo y estuvimos charlando en una mesa al aire libre. Para Inma fue un regalazo, era su música y se notaba, lo gozaba. Siento que cada una recibimos el nuestro. Y ahí fue donde nos dijimos adiós depués de contarnos toda nuestra vida, todas nuestras cosas, toda nuestra magia, todo nuestro ser…

Porque eso somos las mujeres,

somos el compartir experiencias,

emociones,

el expresar nuestra verdad,

eso somos,

somos magia,

somos intuición,

somos…

«somos universo«.

Qué bonita frase para terminar este relato.

Y es que el domingo ya era el día que volvíamos a casa. Reservado el transfer de vuelta, decidimos hacer unas últimas compras, para nosotras y nuestra familia.

Encontré las velas de angelitos que estaba buscando, un nuevo oráculo, una runa vikinga para cada uno de mis hijos y mi marido, y más cositas lindas…

Es importante saber que cuando uno va a Glastombury hay que ir con un buen presupuesto.

Primero, porque allí está todo más caro, al estar en libras y ser un lugar turístico,

Y segundo porque cuando uno llega allí y ve todas las maravillas que hay en las tiendas, uno se quiere llevar todo.

Entonces a Glastombury hay que ir con presupuesto y con sitio en la maleta para la vuelta. Lo digo por experiencia.

Esta vez no quería comprarme mucho porque ya lo hice la otra vez, pero no pude, fui débil jajaja y me llevé montón de cosas.

También es verdad que a Glastombury no se va todos los días y hay que aprovechar, ¿no crees? 😉

También te puede gustar

Existen los viajes a Nueva York, existen los viajes a Australia, a Roma, a Brasil… cuánta gente me ha venido hablando de esos fantásticos viajes. Sin embargo, existen otro tipo de viajes, otro de los que nadie habla, y que son igual de importantes: «los viajes al interior de uno mismo«. Un trabajo de introspección que te permite tocar tu centro, tu ser. Así de primeras no parece muy sexy, la verdad, me quedo con el viaje a Nueva York 🙂 Aunque antes de que elijas, te voy a contar mi historia, y a partir de ahí ya decides.

Barcelona era nuestro destino, para este puente de Diciembre. Nos apetecía salir de Madrid y la vida, nos lo puso fácil. Y es que, me he dado cuenta, de que cuanto más confía uno en el cielo, más el cielo hace por ti. Cuando uno se atreve a dar más y más el salto hacia su autenticidad, más y más te apoya. Y más y mejor salen las cosas. Porque así fue todo, desde un principio muy fluido.

Respiro. ¿Acaso no siempre respiro? si estoy viva, ha de ser así… Puedo estar unos días sin comer o beber o dormir, pero respirar, poco tiempo puedo estar sin hacerlo… es una cuestión vital, igual que el latido del corazón. Respiración y Latido, ambos pulsos vibran en nuestros cuerpos, cada día, cada minuto, cada segundo. Lo que yo no sabía es que la respiración es una herramienta. Una forma fácil, súper fácil, barata y bonita de cambiar la energía de mi cuerpo, especialmente mi energía mental

Marzo 2024, Esa fue la fecha marcada en el camino de mi corazón. El momento en el que participaría por primera vez en la Feria Espiritual de Madrid que tiene lugar dos veces al año en la zona de la estación de Chamartín. Todo un viaje. Así definiría estos días en la feria.

No fue un Retiro, Fue un viaje. Ese año sentí que quería darme un gran regalo, de mí para mí por mi 40 cumpleaños y un Retiro era una de las mejores cosas que podía darme. Porque allí es donde gozo, allí es donde vibro, allí es donde experimento mucha magia, ¡allí soy yo en mi máxima totalidad!

Raíces asomándose en el horizonte, mientras las copas de los árboles descansan bajo el suelo . Un lugar donde la música es una forma de vida, Y las notas acarician los tambores para hacerlos sonar